De cómo me di cuenta de que yo también soy perfecta.
Cuando era niña, luego de la sexta operación, los médicos recomendaban para mi rehabilitación, además de las terapias, que buscara un deporte; que no me quedara quieta, y aunque todos nos decían que lo ideal era la natación porque es un deporte muy noble con el cuerpo lastimado, yo escogí gimnasia olímpica.
Lo más bonito de la historia es que mis padres me metieron al instituto casa blanca que era el único lugar que daba gimnasia olímpica en la ciudad (estaba en una callecita por la que entonces era la Avenida del Campestre) y ahí soñé mucho tiempo que yo también iría a las olimpiadas y ganaría medallas como Nadia, porque nadie como Nadia… supongo que mis padres me hablaron de ella (si no, ¿de dónde lo saqué?) y llegué a ver no sé cuántas veces el video donde logra el 10 perfecto, “She´s perfect” (tuvo 6 en su vida).
Lo más bonito de la historia es que mis padres me metieron al instituto casa blanca que era el único lugar que daba gimnasia olímpica en la ciudad (estaba en una callecita por la que entonces era la Avenida del Campestre) y ahí soñé mucho tiempo que yo también iría a las olimpiadas y ganaría medallas como Nadia, porque nadie como Nadia… supongo que mis padres me hablaron de ella (si no, ¿de dónde lo saqué?) y llegué a ver no sé cuántas veces el video donde logra el 10 perfecto, “She´s perfect” (tuvo 6 en su vida).
Mi maestra de gimnasia olímpica se llamaba Tina y no aceptaba un no por respuesta, si yo le decía “yo no puedo hacer eso”, me decía: "entonces en la presentación sales y le dices al público que todas pueden, menos tú", y eso me motivó mucho de una extraña manera; eso y que mi mamá siempre me compraba trajes más bonitos que los de las otras niñas jeje… y entonces yo llamaba más la atención porque además yo sonreía y tenía unos listones que todavía sueño algunas veces. Hasta tuve una exhibición en el teatro Stella Inda y me recuerdo muy feliz…
Ahorita, mientras scrolleaba en twitter encontré esta imagen de Nadia y un enlace con una parte de su vida que me chuté sin dudar… antes pensaba en toda la motivación que tuvo y en lo afortunada que era, y en cómo de cierta forma -hasta hoy me doy cuenta- yo no era muy diferente de ella; incluso ahora puedo decir que más afortunada... porque sus trajes nunca fueron tan espectaculares como los míos jejeje nah... seguramente compartimos el amor de los padres: sus padres, como los míos, pensaban que ella era perfecta.
*Por cierto, no fui a las olimpiadas porque lo abandoné por un curso de ciencia para niños y sus papás... tampoco soy científica, pero es que encontré mi vocación mucho después jejejej
Comentarios
Publicar un comentario